La Policía de Fronteras decomisó un total de 132.000 unidades de pólvora explosiva, la mayor incautación efectuada por las autoridades en los últimos siete años.
Según reportó la policía, el decomiso se dio en el distrito de Guaycará de Golfito, durante una revisión de un camión procedente de Paso Canoas, cantón de corredores, en la frontera con Panamá.
En apariencia, cuando los oficiales le consultaron al conductor, de apellido Muñoz, sobre lo que transportaba en el cajón de su vehículo, este indicó que solo llevaba licores comprados en Panamá y algunas cajas vacías.
No obstante, los policías fronterizos procedieron a realizar una inspección bien detallada, lo que determinó que Muñoz transportaba 30 botellas de licores finos, los cuales había adquirido en Panamá y los había introducido al país sin el debido pago de impuestos.
Tras revisar a mayor profundidad, las autoridades dieron con 120.000 unidades de “espantasuegras” y 12.000 bombetas, productos que pueden ocasionar amputaciones y hasta la muerte de quien los manipule.
Las autoridades aprehendieron al conductor por el presunto delito de transporte ilegal de material explosivo.
Muñoz viajaba en compañía de un nicaragüense de apellido Mendoza, en condición migratoria irregular, por lo que también fue aprehendido y remitido a la orden de la Policía de Migración para ser devuelto a su país.
Según el artículo 93 de la Ley de Armas y Explosivos, quienes introduzcan pólvora al país de manera irregular, o la transporten, se exponen a penas de hasta siete años de cárcel.
