-Infobae. Este lunes, el régimen de Irán volvió a lanzar amenazar a Israel, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hossein Salami, aseguró que la destrucción de Israel es “un objetivo alcanzable”, después de que Tel Aviv acusara a Teherán de amenazar la estabilidad en Medio Oriente.
“Este régimen siniestro debe ser eliminado de la geografía mundial y esto ya no es un sueño sino un objetivo alcanzable”, sostuvo el general del cuerpo militar.
Salami hizo hincapié en que en la actual segunda fase de la Revolución Islámica se ha conseguido “la capacidad de destruir el régimen sionista”.
“Muchos países quizás tengan herramientas ofensivas pero son frágiles ante cualquier agresión, y el régimen falso y usurpador sionista es un ejemplo de eso”, detalló.
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria también destacó que el régimen de Irán puede “atacar al enemigo a cualquier escala y con cualquier intensidad y precisión”.
En su discurso también se refirió a Estados Unidos, Salami afirmó que ese país está sufriendo “un declive irreversible” y que sus sanciones económicas contra Irán “están perdiendo su efectividad”.
En el marco de las tensiones con Estados Unidos, las autoridades iraníes han advertido de que responderán a cualquier agresión y en distintos lugares, que pueden ser tanto las bases militares estadounidenses de Medio Oriente como sus aliados en la región, entre ellos Israel.
El líder supremo de Irán, Ali Khamenei, aseguró que Israel podría desaparecer en 25 años “si hay una lucha colectiva y unida de los palestinos y los musulmanes contra los sionistas”.
Por su parte, Israel ha llamado en numerosas ocasiones a la comunidad internacional a actuar contra el régimen de Irán denunciando incluso la supuesta existencia de un programa atómico secreto iraní.
Ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, dijo que Irán es “el principal problema que amenaza la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio”.
También acusó al líder supremo iraní de haber ordenado “directamente” los ataques contra dos instalaciones de petróleo en Arabia Saudita, el 14 de septiembre, de los que Irán se ha desvinculado y a los que Estados Unidos también le adjudica a Teherán.
