Gracias a este novedoso procedimiento, los pacientes de la Unidad de Quemados de este hospital pueden recuperarse más rápido de sus heridas, debido a que la placenta humana contiene sustancias naturales que pueden ayudar a la regeneración de tejidos y a disminuir la inflamación.
Las placentas que se utilizan para el tratamiento son las que provienen de madres que tienen parto por cesárea. Aquellas que proceden de partos naturales, son descartadas porque podrían estar contaminadas.
La Directora de Servicios Hospitalarios del INS, Alejandra Jiménez, explicó con más detalle cómo funciona este procedimiento.
La Unidad de Quemados atiende aproximadamente a 63 pacientes por mes, sin embargo, no todos califican para recibir este tratamiento, ya que su aplicación depende del tipo de lesión que se presente en cada caso.
