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Nosara enciende alertas: censo comunitario revela fuerte desequilibrio entre boom turístico y rezago estatal

La comunidad de Nosara presentó los resultados del primer censo distrital impulsado por una localidad en Costa Rica, un esfuerzo desarrollado a finales del 2024 con apoyo técnico del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) y acompañamiento de la Caja Costarricense de Seguros (CCSS), que logró una cobertura del 95,1% del distrito.

El estudio nace de la necesidad de contar con información actual y confiable, ya que el país no dispone de un censo nacional completo desde el 2011 y el operativo del 2022 no alcanzó la cobertura requerida para un diagnóstico preciso.

El coordinador del proyecto, Emmanuel Gutiérrez, explicó que los datos confirman un crecimiento desordenado y un aumento acelerado de las brechas socioeconómicas, además de un deterioro visible en áreas clave para el bienestar de la población.

Los resultados también reflejan dinámicas similares a las de otros polos turísticos como Santa Teresa, Tamarindo, Uvita y el Caribe Sur, donde la expansión inmobiliaria y el flujo masivo de visitantes superan la capacidad institucional.

El censo registró un aumento demográfico contundente: Nosara pasó de 4.929 habitantes en el 2011 a 8.716 residentes permanentes en el 2024, además de una población temporal de 26.650 personas con estadías menores a seis meses.

En salud, los datos revelan una situación delicada, la mortalidad triplicó las cifras del 2010 y casi la mitad de las personas fallecidas en los últimos dos años no recibió atención médica.

El panorama educativo también muestra contrastes, el nivel promedio subió del quinto grado en el año 2000 a octavo año en el 2025, el ritmo actual obligará a esperar alrededor de dos décadas para que la población local complete la secundaria.

Los servicios públicos avanzan mucho más lento, el distrito enfrenta rezagos en infraestructura vial, abastecimiento hídrico, manejo de residuos y atención hospitalaria.

El desarrollo urbano evidencia otro desequilibrio, el auge de la construcción y del turismo elevó la cantidad de viviendas desocupadas y alojamientos temporales, mientras otras zonas viven hacinamiento y una presión constante sobre los servicios básicos.

La seguridad se suma a las preocupaciones: Nosara registra la tasa de delitos más alta de Guanacaste, con incrementos en homicidios, robos de vehículos, violencia intrafamiliar y actividad sospechosa.

El censo tomó tres años de trabajo y contó con más de 150 participantes entre censistas, supervisores y personal técnico. El equipo organizador anunció su interés en replicar esta experiencia en otras comunidades del país.

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