La Iglesia Católica en Costa Rica, y el mundo, se ha visto afectada en los últimos meses por la ola de denuncias de abuso sexual por parte de clérigos hacia personas menores de edad.
En nuestro país, los casos más recientes y conocidos son los de Mauricio Víquez quien tiene una orden de captura internacional por una denuncia penal que está pronta a prescribir, además cuenta con nueve denuncias canónicas, las cuales no se pueden trasladar al ámbito penal ya que las víctimas tienen más de 28 años.
También están los casos de los sacerdotes Manuel Guevara Fonseca, quien tiene dos denuncias canónicas por abuso sexual, una de ellas investigada penalmente; y el de Jorge Morales Salazar, detenido en Paso Canoas, frontera con Panamá, cuando intentaba salir del país a pesar de tener una denuncia penal y también canónica.
La reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP) señaló que la Iglesia Católica bajó su nivel de popularidad de un 6.5 a 5.5.
En una entrevista brindada a Noticias CRC a inicios de Semana Santa, el prefecto de la Catedral Metropolitana, el padre Germán Rodríguez tildó ese estudio de sesgado y sostuvo que las encuestas no siempre son un signo de la realidad.
Para este trabajo, conversamos con el rector del Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, el padre Luis Arturo Chaves Saborío, también con los psicólogos Julita Vásquez y Gastón de Mezerville, además con dos de los jóvenes que están cerca de culminar su proceso para convertirse en curas.
En esta primera entrega usted podrá conocer cómo viven los muchachos que superan el primer año en el Seminario introductorio en La Garita de Alajuela, por el cual deben pasar todos los jóvenes de las ocho diócesis del país, antes de pasar al Seminario Nacional, en Paso Ancho en San José.
Deben tener al menos 18 años al hacer su primer ingreso, y según explica el rector los aspirantes al sacerdocio tienen un proceso que siempre ha sido estricto y exigente.
Actualmente son ocho años en los que se cubren diferentes áreas formativas; este proceso ha cambiado a lo largo de las últimas décadas.
Ya para el año 2010 se da un nuevo cambio en la formación a partir del documento de Aparecida donde se ve más allá, con una formación integral, gradual y personalizada, según explica el sacerdote.
De esta forma, los muchachos en formación viven en el Seminario de domingo por la noche hasta viernes en la tarde, cuando se van a sus casas o lugares de pastoreo, es decir, donde les corresponde realizar la parte práctica, al colaborar en Parroquias y tareas asignadas.
Durante la semana tienen un horario que cumplir, por ejemplo, su día se inicia a las 5:45 a.m. y finaliza a las 10:15 p.m
El plan académico completo les permite contar con un bachillerato en filosofía y humanidades y un bachillerato en teología, ambos acreditados por la Universidad Católica de Costa Rica.
En la próxima entrega, ahondaremos en el trabajo específico que realizan los psicólogos con los seminaristas, especialmente en el controversial tema del celibato, sobre el cual algunos consideran no debería exigirse en la vida sacerdotal ya que aseguran que esto es lo que lleva posteriormente a los curas a cometer abusos sexuales.
