En la parte final de esta serie de reportajes conoceremos a Franklin y a Luis Esteban, dos jóvenes que pasaron por momentos diferentes antes de sentir el llamado al sacerdocio.
Ambos están cerca de terminar su formación y confían en que con su labor podrán acompañar a muchas personas en su camino espiritual.
Franklin Moya es un joven de 27 años oriundo de Palmares de Alajuela. Mientras realizaba sus estudios universitarios comenzó a tener conflictos internos que lo hacían pensar en querer iniciar el proceso.
Actualmente Franklin se encuentra en su sétimo año de formación, a poco tiempo de obtener el ministerio de lectorado y realiza su experiencia pastoral en la Parroquia de San Mateo de Alajuela.
Por su parte, Luis Esteban Fernández sintió el llamado mientras estudiaba ingeniería y teatro en la universidad. Tenía un noviazgo de más de 3 años, cuando comenzó a trabajar para Dios en el servicio a personas de escasos recursos en Cartago, su provincia natal.
A sus 30 años, Luis Esteban asegura que su vocación es regalo de Dios, ya que le ha permitido conocerse y conocer al ser humano, reconciliarse con aspectos de su vida. Además, aprendió a ver la belleza del arte en el teatro como un instrumento para conducir a las personas hacia la santidad.
Finalmente asegura que las situaciones que vive la Iglesia le ayudaron a tomar conciencia y trabajar en su camino de formación.
Con el testimonio de Franklin y Luis cerramos esta serie de reportajes en los que se muestra cómo el sacerdocio es una vocación, que implica un gran trabajo integral por parte de los formadores en el Seminario Nacional.
