Conozca por qué la política, el Derecho y el arte están de luto en el país
El fin de semana vistió de luto a la política, el Derecho y el arte en el país por cuatro lamentables pérdidas de reconocidas figuras.
La ex diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Liliana Salas Salazar falleció este viernes 25 de febrero a los 57 años.
Oriunda de San Ramón de Alajuela, Salas estuvo en la Asamblea Legislativa durante la administración del presidente Abel Pacheco (2002 – 2006) e incluso fungió como jefa de la fracción oficialista en el 2005.
Fuentes del PUSC confirmaron que la ex legisladora llevaba varios años luchando contra una enfermedad terminal.
También vinculado con la política nacional, falleció el viernes a los 81 años, Jaime Daremblum Rosenstein. Fue un destacado politólogo y abogado que fungió como embajador de Costa Rica en Estados Unidos entre 1998 y 2005.
Su muerte la confirmó en sus redes sociales el ex mandatario Miguel Ángel Rodríguez, quien lo designó inicialmente en el cuerpo diplomático. «Con profundo dolor participo la triste noticia de la muerte de Jaime Daremblum Un hombre de familia con arraigada religiosidad. Mi amigo y compañero desde la juventud. Mi consejero y apoyo», escribió Rodríguez.
Miles de estudiantes de Derecho, muchos de ellos destacados juristas en la actualidad, pasaron por las enseñanzas del penalista Francisco Castillo González, quien murió la noche del viernes a sus 78 años.
Castillo fue protagonista de grandes casos noticiosos en su papel de abogado litigante, es egresado de la Universidad de Costa Rica (1967) y luego obtuvo postgrados en Francia y Alemania. Durante toda su vida ejerció como profesor de la Facultad de Derecho de la UCR.
El arte, y muy específicamente la música, están también de luto desde el viernes. Ese día partió uno de los más reconocidos fabricantes de guitarras de Costa Rica, Aristides Guzmán Mora.
Reconocido como pionero de los lutier (artesanos de los instrumentos de cuerda) en el país, miles de guitarras llevan su sello indeleble. De extracción humilde y campesina, Guzmán emigró del campo a la capital y comenzó su amor barriendo la venta de guitarras de un tío. Ahí comenzó a experimentar con la madera y poco a poco perfeccionó el sonido.
La fábrica de guitarras Aristides Guzmán Mora, vio la luz en 1970, al lado de la vía que comunica Tibás con San José. Sin embargo en ese momento ya llevaba 20 años en la fábrica que abrió con uno de sus hermanos.
Este triste viernes 25 don Aristides dejó este mundo a sus 89 años, pero su legado quedó resonando en miles de casas en donde vibran las cuerdas de sus creaciones: las guitarras que llevan su sello.