Un 25 de noviembre nunca será un día normal para la población amante del fútbol internacional.
Este viernes se cumplen ya dos años de la partida del jugador que marcó al mundo con su magia y su carácter al ser la única persona con “la mano de Dios“.
La partida de Diego Armando Maradona se vivió aquel miércoles 25 noviembre de 2020 por la mañana, uno de los hombres más queridos que tocó un balón en el campo de juego, el famoso “pelusa”, quien destruyó a los ingleses mientras parecía que flotaba sobre el terreno de juego.
La única persona que logró paralizar al mundo entero, el que tuvo en silencio a la ciudad de Buenos Aires por más muchas horas en su velorio, uno de los más grandes de la historia, donde millones de personas se hicieron presentes en la mítica Bombonera, mientras el palco del “10 argentino“ mantuvo la luz encendida por toda la noche.
Esa luz que atraía todas las vistas de los presentes, que llenó de lágrimas a las millones de personas que veían en sus casas a lo largo del mundo la gran despedida del astro argentino.
Maradona era aquel jugador con el 10 en la espalda, pero también un padre, un hermano, un tío, un primo y un amigo de cada uno de los que lo querían. Y también, en cierta manera, de quienes no lo hacían tanto.
Dos años después de su partida, se vive la fiesta del Mundial con un gran vacío en todas esas personas que tienen ese gran amor por el fútbol, falta ver al polémico “pelusa“ desde su balcón en los partidos de la albiceleste, sufriendo por el marcador, sufriendo por ese amor a los colores de su selección.
El mundial de Qatar dejó cientos de vacíos y dudas, pero el vacío más grande es ver a “la mano de Dios” disfrutando de lo que lo hacía más feliz.
“Si me muero, quiero volver a nacer y ser futbolista. Y quiero volver a ser Diego Armando Maradona”, fue una de sus míticas frases en vida.
