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La hermandad que nació un 28 de noviembre

El 28 de noviembre del 2016 es recordado por la tragedia que unió al fútbol con el resto del mundo.

Por primera vez el planeta vestía la misma camisa: la del Chapecoense.

Ese 28 de noviembre el Chapecoense de Brasil volaba con destino a Colombia para jugar la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional, buscando levantar el mayor título de su historia.

Solamente faltaban seis kilómetros para aterrizar en el aeropuerto José María Cordova de Rionegro, pero una falla eléctrica por la falta de combustible, hizo que el avión se estrellara contra el Cerro Gordo, en La Unión.

En esa zona de alta vegetación, despoblada y en medio de la noche lluviosa, 71 de los 77 pasajeros murieron, entre ellos periodistas brasileños, directivos y futbolistas de Chapecoense.

Los futbolistas Jackson Follman, Alan Ruschell y Helio Neto, el periodista Rafael Henzel y los tripulantes Ximena Ruiz y Erwin Tumirí fueron los sobrevivientes de la tragedia que enlutó a Colombia, Brasil y el resto del mundo.

El estadio Anatasio Girardot, que estaba preparado para recibir la fiesta futbolera, se vistió de luto y junto con el centenar de personas que lo llenó despidieron a los campeones que ya estaban en el cielo.

Y así, de la forma más triste nació una hermandad con el Chapecoense de Brasil, una hermandad que no tendrá fin.

 

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