Niño recicla 31 kilos de tapas plásticas como ejemplo de solidaridad con amigo diagnosticado con cáncer
Un menor de 8 años y vecino del Roble de Alajuela, se asignó la noble y solidaria tarea de reciclar 12 400 tapas plásticas de botellas, lo que equivale a un total de 31 kilos.
Se trata del niño Lucas Alfaro, quien impulsado por la solidaridad con su mejor amigo quien fue diagnosticado con cáncer convenció a sus compañeros y profesores de la escuela María Vargas Rodríguez de Ciruelas de Alajuela, a unirse en la recolección.
Según recuerda el menor, en el hospital dónde atendían a su amigo, existía un programa que canjeaba 3000 tapas para ayudar en la cobertura del costo de la quimioterapia para un niño, en este caso su mejor amigo.
Lamentablemente el amigo de Lucas falleció días después, sin embargo, en muestra de solidaridad el menor decidió continuar con la recolección.
La madre de Lucas, Vivian Alfaro manifestó sentirse sumamente orgullosa por la iniciativa al tratar de ayudar a su mejor amigo.
Su ejemplo de amistad, solidaridad y conciencia con el ambiente, le merecieron un reconocimiento especial a Lucas, en el Congreso Mundial de Turismo Social (ISTO) celebrado la semana anterior en el Centro de Convenciones de Costa Rica, con la participación de más de 200 representantes de 23 países de varios continentes.
Además, la organización de la campaña Donatapa y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) le otorgaron a Lucas un certificado especial por el aporte a los proyectos de Responsabilidad Social y Ambiental de la Red Costarricense de Turismo Accesible, creadora del programa y responsable de la habilitación de más de 12 playas accesibles en ambas costas del país.
La presidente de la Red Costarricense de Turismo Accesible, Stephanie Sheehy, expresó que con pequeñas acciones como las de Luccas se puede generar una gran diferencia en el mundo.
La recolección de tapas plásticas forma parte de la campaña activa de Donatapa y Proparques para la creación de madera plástica, la cual se transforma en pasarelas retráctiles que se colocan en las playas accesibles del país, para ser utilizadas por las personas en sillas de ruedas.