Costa Rica se mantiene en alerta amarilla por casos de COVID-19
El país contabiliza nueve casos confirmados del virus COVID-19 y 34 sospechosos, según los últimos datos brindados este domingo por el Ministerio de Salud. Ante ello el país emitió el estado de alerta amarilla.
Los casos confirmados son:
- Mujer de 49 años, estadounidense (el primero en confirmarse el pasado viernes)
- Hombre de 49 años, esposo de la estadounidense. Continúa asintomático.
- Hombre de 54 años, costarricense, que permanece internado en condición delicada.
- Mujer de 73 años, costarricense, contacto de hombre de 54 años.
- Mujer de 41 años, costarricense, contacto de hombre de 54 años.
- Mujer de 54 años, costarricense, contacto de hombre de 54 años.
- Mujer de 56 años, costarricense, contacto de hombre de 54 años.
- Hombre de 34 años, costarricense, contacto de hombre de 54 años.
- Mujer de 70 años, estadounidense, residente en nuestro país, con registro de viaje reciente a Estados Unidos, pasando por dos aeropuertos de dicho país.
Estos casos se reportan en San José, Alajuela, Heredia y Guanacaste, estánaislados en en casas de habitación o centros médicos y con seguimiento por parte del personal de salud.
La alerta amarilla emitida por el Ministerio de Salud y la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) genera la activación de mesas operativas temáticas, permite movilizar recursos de manera interinstitucional y convoca al Centro de Operaciones de Emergencias (COE) dos veces al día. La primera reunión se realiza este lunes por la mañana en Casa Presidencial.
El ministro de Salud Daniel Salas fue enfático en su recomendación a la población para posponer viajes en la medida de lo posible, dado que es probable que tengan contratiempos en vuelos y aeropuertos por la situación que se vive a nivel internacional.
El jerarca dijo que el sistema de salud en Costa Rica es altamente sensible por eso ha detectado eficientemente los casos sospechosos y confirmados, así como el abordaje apropiado.
Sin embargo, insistió en la responsabilidad individual para proteger a la población más vulnerable como diabéticos, cardiópatas, hipertensos, personas mayores o con padecimientos pulmonares, así como aquellos pacientes con cáncer o con enfermedades que comprometen su sistema inmune.