Donald Trump anunció el viernes un acuerdo comercial parcial pero «muy importante» con China, una inusual buena noticia que el presidente, acosado y criticado desde distintos flancos, necesitaba con urgencia.
Tras lo pactado, la Casa Blanca suspendió la nueva salva de aranceles que planeaba aplicar desde el martes a productos chinos importados, dijo el secretario del Tesoro Steven Mnuchin.
«Llegamos a un acuerdo muy sustancial de fase uno», dijo Trump a la prensa tras reunirse con Liu He, el jefe negociador chino, en compañía de Mnuchin y el representante comercial Robert Lighthizer.
«Había muchas fricciones entre Estados Unidos, ahora es el amor», afirmó, no dudando en evocar el impacto «sobre la paz en el mundo» que tendrá el acuerdo entre las dos principales economías del planeta.
Trump, que busca la reelección en 2020, comentó ampliamente el incremento sustancial de compras agrícolas a las que se compromete China, lo que beneficiarían a una parte de su electorado.
A cambio, Pekín obtuvo que Trump renuncie al aumento de 25 a 30% de los aranceles punitivos sobre 250.000 millones de dólares de exportaciones chinas a Estados Unidos, que deberían haber entrado en vigor el martes.
